«Isla Bernesga». 15 años.

Ayer, día 8 de mayo de 2024, se cumplieron quince años de la presentación del CD «Isla Bernesga» en la ciudad de León. Dos días antes de dicho evento, el disco estaba operativo y disponible en formato físico.

Como trabajo musical, resultó una gran experiencia contrareloj, dado que la creación del mismo se vio supeditada a la inmimente fecha establecida para poder llevar su música al escenario… algo que no ocurre todos los días. Tras medir tiempos, tomar decisiones y escoger a los colaboradores, el trabajo fue evolucionando de forma ágil y segura: desde el rodaje de maquetas o las pruebas para la grabación de las canciones hasta su planchado en CD, fruto objetivo y finalidad lograda.

Desde Vientos de Estigia, y como principal responsable de aquella aventura no exenta de «alegrías y penas», inequívoca y subjetivamente imborrable… quiero rendir homenaje a aquellos días. Aunque sobre todo, a las personas que integraron la grabación e hicieron posible su factura (Sergio, Manuel, Juan Carlos, Antonio, Jesús, Luis, Paco). Y ofrecerles una dedicatoria discreta en forma de sincero agradecimiento. Para ello, comparto este clip de uno de los números desgranados sobre las tablas en aquel 8 de mayo de 2009. No están presentes todos los participantes, pues se trata de una de las canciones realizadas en formato cuarteto, el segundo más reducido de aquella variada actuación. Aunque el sonido dista de ser perfecto (pues fue recogido al aire por medio de una pequeña cámara Mini DV), el testimonio queda enérgicamente reflejado.

Sirva este vídeo, además, para recordar muy especialmente al tristemente desparecido J. C. Otero, maestro saxofonista y compañero en aquella batalla. Su ausencia física no podrá ser suplida… pero mientras su sonido permanezca inserto en las reliquias, en este caso visuales y auditivas, su esencia permanece.

A su vez, aprovecho para agradecer su apoyo a todas las personas e instituciones que, en mayor o menor medida, colaboraron con el proyecto sin poner trabas ni objeciones.

Volviendo al título, paradójica y pajarológicamente, para bien, para mal… el emplazamiento al que denomino «Isla Bernesga» continúa siendo un magnífico lugar en el que las aves pululan a discreción, ajenas a las miserias humanas (o no tanto) y a otras cuestiones. Un área de respiro que inspiró una canción e incluso el título de un disco casi desconocido, en una época no muy lejana y ya irrecuperable en casi todos sus aspectos, salvo para la voluntad retrospectiva o la reconstrucción de las operaciones del pasado.

Texto y fotografías: © J. Bass (Vientos de Estigia).

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